La vida de una persona comienza con sus primeros vínculos. Una parentalidad positiva asegura un mayor bienestar en el presente y en el futuro de tus hijos e hijas.
La parentalidad positiva se refiere al comportamiento de padres y madres fundamentado en el interés superior del/la menor, que cuidan, desarrollan sus capacidades, no son violentos y ofrecen reconocimiento y orientación que incluyen el establecimiento de límites que permitan su pleno desarrollo.
Algunas de las propuestas son:
1. VÍNCULOS:
Dedica un tiempo, antes de dar las buenas noches a tus hijos e hijas, para repasar el día en familia.
2. CONSCIENCIA Y AUTOCUIDADO:
Ponte una alarma en el móvil todos los días para parar, respirar o mimarte.
3. ACOMPAÑAMIENTO:
Participa de manera activa en su vida escolar, infórmate y colabora en las actividades del centro.
4. CRECIMIENTO:
Pide perdón cuando te equivoques y reconoce tus errores, esto te ayudará a educar a tus hijos e hijas en valores.
5. TRABAJO EN EQUIPO:
Establece un día semanal para cocinar en familia (ej. cena de viernes noche con peli).
6. COMUNICACIÓN:
Genera espacios de diálogo en los que compartir inquietudes, experiencias y emociones (ej. durante las comidas, paseando, cocinando, jugando…).
7. LÍMITES:
Para establecer límites tienes que reducir tu enfado. Toma distancia, respira y asegúrate de tratar lo sucedido para buscar soluciones, no culpables.
8. RECONOCIMIENTO:
Observa y halaga las veces que ayuda en casa o toma la iniciativa al hacer deberes, etc.
9. DISFRUTE:
Dedica momentos para compartir actividades familiares sin tareas, teléfonos u otras personas.
10. CLIMA:
Intenta dejar los problemas laborales, las crispaciones, los ruidos… en el felpudo de la entrada.
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