Algunas de las razones por las que los terapeutas deberían conocer y saber realizar adecuadamente las terapias del perdón son las siguientes:
1. Existen diversas técnicas y objetivos para la resolución de conflictos interpersonales (buscar justicia restaurativa, defender derechos fundamentales, autoafirmación…), donde el perdón es una herramienta más entre otras. Si bien, las terapias del perdón han demostrado en diversos y recientes metaanálisis ser eficaces para mejorar diversas dimensiones de la salud física y mental (depresión, ansiedad, ira…), así como mejora de la convivencia y del rendimiento en diversos ámbitos (escolar, familiar, laboral…).
2. Si el paciente está motivado para perdonar, pero usa un perdón compulsivo e insano el terapeuta puede acercarle a un perdón saludable o ayudarle a considerar otros objetivos valiosos que pudieran ser más conveniente, como el fortalecimiento personal, la autoafirmación, actuar sabiamente, buscar justicia restaurativa o conseguir paz interna y dejar ir los sentimientos insanos sin necesidad de llegar a perdonar. La presión por perdonar (bien venga del paciente, del terapeuta o de otros grupos sociales) puede ser contraterapéutica y llevar a un tipo de <<culpabilización de la víctima>>.
3. Las creencias del terapeuta también pueden entorpecer una adecuada sanación emocional. Si los terapeutas no consideran el perdón como un resultado potencialmente beneficioso de la terapia pueden descartar una herramienta muy útil y avalada científicamente en el proceso terapéutico. Si piensan a priori que el perdón es siempre un objetivo deseable para el daño interpersonal corren el riesgo de ser demasiado directivos, contundentes y simplistas, dejando de abordar otras metas terapéuticas que podrían ser más adecuadas (protegerse y alejarse de una relación tóxica, defender derechos fundamentales, buscar justicia restaurativa, dejar ir los sentimientos negativos sin perdonar…). De manera similar, si los terapeutas llegan al trabajo convencidos de que algunos grupos de clientes nunca deben perdonar (por abuso sexual en la infancia o víctimas de violencia doméstica) pueden ser demasiado directivos, contundentes y simplistas en sus esfuerzos por disuadirlos de que perdonen (Greenberg y Woldarsky, 2022). El perdón es un derecho, una elección por lo que se aconseja enfoques no autoritarios del perdón y conocer la complejidad terapéutica y los pasos necesarios para realizar una adecuada terapia del perdón.
4. El perdón, o también llamado reparación, es una habilidad fundamental en la promoción de la crianza saludable y el apego seguro en las familias y escuelas. Las intervenciones del perdón, según recientes investigaciones, pueden ser un buen complemento a otras intervenciones para la prevención del acoso escolar y una adecuada convivencia pacífica en las familias, escuelas y otras organizaciones.
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